Pienso, luego ¿no existo?
Es conocida la argumentación que hace Descartes en sus meditaciones acerca del pensamiento. Con el método de la “Duda metódica” llega a la conclusión que hay una cosa cierta: Si pienso es que existo. Y vemos que tiene razón, al menos en esta conclusión a la que llega. El pensamiento siempre ha sido la facultad más sublime del ser racional que es el hombre. Y un hombre que piensa es digno de toda consideración, y de escucharle cuando emite un juicio, aunque no lleve razón. Dicho esto debemos reconocer que para los enemigos de la libertad el pensamiento es un peligro. Los dictadores de toda la vida, y los regímenes socializante de pensamiento único, han intentado que el ciudadano piense lo menos posible, porque el pensamiento es peligroso. Un hombre que piensa es capaz de muchas cosas, y hay que evitarlo. Y ya...