90 virtudes para ser un buen empresario


Un amigo de Internet me envía esta relación de virtudes que todo empresario ha de tener en cuenta si quiere triunfar. Vale para todo tipo de empresas, incluida la gran “empresa” que es el matrimonio y la familia. Los hijos desde niños deben ir aprendiendo a ser hombres de empresas ambiciosas y nobles. Le agradecemos a Francisco su aportación.

90 Virtudes y valores humanos imprescindibles, que los empresarios tienen que conocer y practicar, para intentar tener éxito en los negocios:
1. Abnegación. Se requiere hacer muchos sacrificios voluntarios o involuntarios, incluso muchas veces hacerlos por altruismo. Lo contrario es comodidad.
2. Agradecimiento. Se debe sentir y mostrar gratitud por el trabajo que le hacen y por los beneficios que recibe. Lo contrario es egoísmo.
3. Amabilidad. Tiene que ejercitar y comportarse siendo afable, complaciente y afectuoso. Lo contrario es descortesía.
4. Aprender. Siempre tiene que estar dispuesto a seguir aprendiendo, en una educación continua y escuchando todas las sugerencias que le hagan. Cuanto más sepa, más prosperará. Lo contrario es mantenerse o aumentar la ignorancia.
5. Aprovechar. Tiene que saber aprovechar muy bien las oportunidades, su tiempo y el de sus colaboradores, sacando el mejor provecho a los recursos humanos, financieros y materiales. Lo contrario es derrochar.
6. Arrepentimiento. Tiene que saber arrepentirse, privada o públicamente de los errores cometidos, bien sean propios o motivados por él. Lo contrario es el orgullo.
7. Autodisciplina. Junto con el autodominio, son dos de las virtudes más importantes, para saber actuar sin dejarse llevar por los vicios contrarios, como son la pereza, la holgazanería, etc. Lo contrario es el desorden.
8. Ayudar. Debe saber hacer el esfuerzo para cooperar, auxiliar o socorrer, cuando los demás lo necesitan o incluso adelantándose. Lo contrario es negar, abandonar o estorbar.
9. Bien común. Tiene que intentar que su empresa aporte algo positivo, para mejorar la sociedad, bien sea en productos o servicios. Lo contrario, hará que fácilmente caiga en el mal o en la indiferencia, hacia la sociedad.
10. Carácter. Le permitirá mantener que su si, es si, y que su no, es no, lo que le distinguirá positivamente de los demás y lo transmitirá a sus productos, servicio y a los demás. Lo contrario es flaqueza e ineficacia.
11. Coherencia. Para mantener la buena relación de unas cosas con otras, en una actitud lógica y consecuente, sabiendo distinguir entre lo importante y lo urgente. Lo contrario es incongruencia y caos.
12. Colaboración. Dándola y pidiéndola para formar buenos equipos, que naveguen todos y siempre en el mismo rumbo empresarial. Lo contrario es individualismo y egoísmo.
13. Conciencia. Debe conocerse a si mismo, interna y externamente y reflexionar sobre el bien y el mal de sus actividades. Lo contrario es insensibilidad.
14. Confianza. Teniéndola sobre si mismo y sobre lo que está haciendo, para que le de fuerza el hacer las cosas. Los negocios deben hacerse, la mayoría de las veces en función de la mutua desconfianza. Lo contrario es inseguridad.
15. Conocimiento. Es imprescindible e indispensable, estar al día a través de la educación continua, de todo lo relacionado con el negocio. Activando el entendimiento, la inteligencia y la razón natural. Lo contrario es ignorancia.
16. Constancia. Debe ser firme y perseverante en los objetivos, resoluciones y propósitos acordados. Lo contrario es flaqueza e inestabilidad.
17. Control. Para los propios actos personales y los internos y externos del negocio, desarrollado en todos los niveles, para evitar que las cosas se vayan de las manos. Lo contrario es negligencia o descuido.
18. Cooperación. Es la base para formar equipos con el personal, proveedores y clientes y conseguir los objetivos. Ofrecer antes de recibir. Lo contrario es egoísmo e inhibición.
19. Cortesía. Es una de las demostraciones de la buena educación, al manifestar atención, respeto o afecto hacia otras personas, máxime cuando no se lo merecen. Lo contrario es tosquedad y ordinariez.
20. Criterio. Una de las virtudes más difíciles de demostrar diariamente y en todos los actos del negocio. Es la norma que con juicio y discernimiento, permite conocer la verdad. Lo contrario es insensatez e inmadurez.
21. Decisión. Pero siempre acompañada del conocimiento. Acelerarse conduce a errores. Apuntar bien, pero disparar cuando haya certidumbre. Lo contrario es flaqueza y apatía.
22. Desprendimiento. Obrar con despego, largueza y desinterés por las cosas, aunque suponga saber perder. Lo contrario es tacañería, avaricia y egoísmo.
23. Dialogar. Hablar y escuchar alternativamente como las personas de bien, las ideas de cada uno, buscando la avenencia coherente. Lo contrario es falta de comunicación.
24. Diligencia. Hacer las cosas bien con prontitud, cuidado y agilidad. No es conveniente hacer las cosas mal, pero deprisa. Lo contrario es pereza.
25. Disciplina. Hacer las cosas siempre de acuerdo con el orden establecido. Es uno de los principales cimientos, donde se asientan muchas de las otras virtudes y valores. Lo contrario es desorden.
26. Discreción. Relacionada con la sensatez, la prudencia, y la reserva para formar opiniones y tener mucho tacto al hablar u obrar. Lo contrario es imprudencia pudiendo ser temeraria.
27. Educación. Tanto en la formación profesional, como en la manera de de comportarse con los colaboradores, proveedores, clientes y socialmente. Lo contrario es grosería o zafiedad.
28. Ejemplo. Para que otros se sientan inclinados a imitar lo realizado, si es bueno y honesto, o para que eviten caer en lo opuesto. Lo contrario es escándalo.
29. Entrega. Hay que tener pasión sana, por lo que se hace o se quiere hacer, poniendo mucha atención, interés y esfuerzo. Lo contrario es pasar o abandonar.
30. Entusiasmo. Hacer las cosas que admire o cautive, con exaltación y fogosidad de ánimo, de forma fervorosa, que le mueva a favorecer los objetivos. Lo contrario es apatía y desánimo.
31. Escuchar. Prestando atención a lo que le dicen intentando entenderlo. Escuchar bien, suele ser mas difícil que hablar. Lo contrario es ignorar.
32. Esfuerzo. Es necesario aplicar toda la posible energía, vigor, ánimo y valor para vencer las dificultades y conseguir lo propuesto. Lo contrario es dejadez o desistir.
33. Espíritu crítico. Las críticas principales tienen que llegar de la propia persona, las del exterior puede que no le lleguen. Es bueno cuestionarse y cuestionar, todas las acciones personales y las realizadas para el negocio. Lo contrario es pusilanimidad.
34. Estudio. Hay que dedicar muchas horas semanales a la formación y a la educación continua, para estar al tanto de lo que hay y de lo que se avecina. Lo contrario es descuidarse o abandonarse.
35. Examen interno. Hacerlo con un sistema, que no deje resquicios a los olvidos o a la pereza de enfrentarse a situaciones propias, por muy desagradables que sean. Lo contrario es irreflexión o despreocupación.
36. Ética. Las acciones, productos y servicios si son hechos bajo esta premisa moral, siempre darán buenos frutos. Donde falta la ética entran los problemas. La ética siempre paga buenos dividendos, Lo contrario es Corrupción.
37. Familia. El principal objetivo de un negocio es la mejora de la familia, por lo que no puede ser un obstáculo, para que la familia se destruya. Hay que equilibrar muy bien el negocio con la familia. Lo contrario es abandono familiar.
38. Fidelidad. Es muy importante ser leales con las personas e incluso con las empresas relacionadas. La fidelidad también paga buenos dividendos. Lo contrario es deslealtad o traición.
39. Formación. Juntamente con el estudio y la educación, deben ser valores para tener muy presentes, si se pretende que la empresa funcione y prospere. Lo contrario es ignorancia.
40. Fortaleza. Esta virtud humana sirve para que con la fuerza y vigor que produce, poder vencer el temor y saber huir de las malas tentaciones morales y profesionales. Lo contrario es debilidad o flaqueza.
41. Generosidad. Tiene que ir con largueza delante o al lado de la caridad, nunca detrás, pues se antepone a la utilidad y al interés. Lo contrario es tacañería, mezquindad o egoísmo.
42. Gratitud. Dicen que ser agradecidos es de bien nacidos, pero hay que demostrarlo y comunicarlo. Si es posible, devolver a otros los beneficios que gratuitamente hemos recibido. Lo contrario es deslealtad.
43. Honestidad. La forma de hacer negocios, que estén relacionados con la honradez, el recato, la justicia, la razonabilidad, la rectitud y la decencia. Lo contrario es inmoralidad, maldad o desvergüenza.
44. Honor. Mantenido en la palabra dada y en la reputación, para cumplir con los compromisos y deberes del prójimo y de uno mismo. Lo contrario es vileza, bajeza o indecencia.
45. Honradez. Tanto en el trabajo realizado, en el precio y plazo acordado, en los salarios pagados y en el beneficio obtenido. Lo contrario es inmoralidad o deshonra.
46. Humildad. Para conocer las propias limitaciones y debilidades y obrar en consecuencia, sin que sea falsamente, para no engañar a los empleados, clientes y proveedores. Lo contrario es soberbia, altanería u orgullo.
47. Imagen. Tratar de mantenerla buena, ante la sociedad que le rodea, en el aspecto personal, familiar, social y profesional. Lo contrario es abandono o dejación.
48. Justicia. Dando a cada uno lo que le corresponde o pertenece, en función de su derecho, la equidad o la razón. Lo contrario es parcialidad o arbitrariedad.
49. Lealtad. Soportada en la fidelidad, en el honor, en la hombría de bien, en el amor, en la legalidad, en la verdad y en la gratitud. Lo contrario es traición, hostilidad o animosidad.
50. Liderazgo. Demostrándolo continuamente, para dar ejemplo y arrastrar hacia otras virtudes y valores humanos a los colaboradores, clientes, proveedores y a la sociedad. Lo contrario es subordinación, sumisión o dependencia.
51. Madurez. Demostrando continuamente la plenitud vital indispensable, sensatez, buen juicio y prudencia. Lo contrario es inexperiencia.
52. Moderación. Haciendo que las palabras y las acciones sean con cordura, discreción y templanza. Lo contrario es desenfreno, abuso o exceso.
53. Obediencia. Practicándola por jerarquía, cortesía o reconocimiento, sin que suponga sometimiento. Lo contrario es indisciplina.
54. Objeción de conciencia. Derecho irrenunciable que tienen todos los empresarios, para no realizar negocios que vayan en contra de la moral, de la ética, de las leyes o de las buenas costumbre. Lo contrario es aprobación o conformidad.
55. Objetivos determinados. A los que deben ajustarse todas sus acciones, para evitar distracciones o desviaciones no previstas. Lo contrario es irreflexión o ligereza.
56. Optimismo. Actitud y propósito para ver y juzgar con realismo las cosas en su aspecto más agradable. Lo contrario es negativismo.
57. Orden. Haciendo primero lo primero, y en el lugar que a cada cosa le corresponde. Pero sabiendo lo que se hace, se dicta, se obedece y se ejecuta. Lo contrario es anarquía.
58. Paciencia. Teniendo que padecer o soportar algo sin alterarse, sabiendo esperar, aunque sea pesado o minucioso. Lo contrario es atolondramiento.
59. Palabra de honor. Demostrando que el si es si y el no es no en las acciones, testimonios, promesas u ofertas. Lo contrario es engañar o decepcionar.
60. Perdón. Sabiéndolo otorgar aunque duela, si previamente ha habido una razonable petición e intención de restitución. Lo contrario es castigo, venganza o represalia.
61. Perfección. Intentando continuamente hacer lo mejor posible las cosas, con superación y eficacia. Algunas veces pudiera ser enemiga de lo mejor. Lo contrario es fealdad o “yavalismo”
62. Perseverancia. Intentando mantenerse constante en una actitud u opinión que se ha comenzado. Lo contrario es abandono o inconstancia.
63. Prever. Intentado ver con anticipación lo que posiblemente pueda suceder, estudiando las señales, indicios, estadísticas, etc. y poder así tomar las correspondientes medidas. Lo contrario es despreocupación o desconocimiento.
64. Prójimo. Considerando al colaborador, cliente y proveedor con solidaridad humana. El mercado es la suma de muchos prójimos, a los que hay que tratar como si fuera uno mismo. Lo contrario es distante o desconocido.
65. Prudencia. Para discernir y distinguir lo que es bueno o malo, y así poder seguirlo o huirlo. Está relacionada con la templanza, la cautela y la moderación. Lo contrario es desenfreno.
66. Puntualidad. Teniendo en cuenta que el tiempo es oro, armonía familiar y social, para uno mismo y para los demás. Nadie tiene derecho a robar impunemente el tiempo ajeno. Lo contrario es informalidad, abuso, desconsideración.
67. Rectitud. Haciendo y diciendo las cosas con justicia, exactitud, razón, justificación y conocimiento. Lo contrario es arbitrariedad, parcialidad o desequilibrio.
68. Reflexión. Para poder tomar más sabiamente las decisiones y para persuadir o convencer a los colaboradores, clientes y proveedores. Lo contrario es negligencia.
69. Respeto. Haciendo todos los negocios y manteniendo las relaciones personales con miramiento, consideración y deferencia. Lo contrario es insolencia o descortesía.
70. Responsabilidad. Asumiéndola en las duras y en la maduras, principalmente en las acciones realizadas voluntariamente, aunque hayan salido mal. Lo contrario es inmadurez, imprudencia o insensatez.
71. Sabiduría. Intentando alcanzarla a través del estudio, que profundice en el conocimiento necesario, lo que le permitirá realizar los negocios de forma prudente. Lo contrario es ignorancia, desconocimiento o ineptitud.
72. Sacrificio. No huir de la abnegación que pueda suponer el esfuerzo que demanda el negocio, incluso pensando en la recompensa por el trabajo bien hecho. Lo contrario es comodidad.
73. Salud. Intentando mantenerse en perfectas condiciones físicas, mentales y espirituales, para poder realizar con plenitud todas las tareas necesarias para el negocio. Lo contrario es desarreglo, desorden o ruina.
74. Secreto. Sabiendo conservar, reservar y ocultar, cuidadosamente y con sigilo, los conocimientos relacionados con el negocio. Lo contrario es imprudencia, descuido o locuacidad.
75. Sencillez. Intentar hacer los negocios de forma natural, sin ostentación, doblez, ni engaños. Evitando la ostentación y los adornos. Lo contrario es soberbia o exageración.
76. Sensatez. Haciendo las cosas con prudencia y buen juicio, siempre de acuerdo con las normas, usos y costumbres del negocio, para no poner en riesgo el patrimonio, ni a los empleados, proveedores y clientes. Lo contrario es irreflexión, dislate o candor.
77. Seriedad. Demostrándola de forma real y sincera, en la forma de proceder en todas las acciones del negocio, sin que haya engaños, burlas o dobleces. Lo contrario es irresponsabilidad, ligereza o frivolidad.
78. Servicio. Entendiendo que es una de las características, que más aprecian los empleados y clientes y que puede definir el ser o no ser del negocio. Lo contrario es desamparo, desidia o indolencia.
79. Sinceridad. Expresándose con sencillez y verdad, sin fingir en lo que se dice o se hace. La verdad hace libre al empresario, no las medio verdades o medio mentiras. Lo contrario es hipocresía, doblez o malicia.
80. Solidaridad. Sabiendo aplicar esta variante de la caridad, en las inquietudes o problemas de los empleados, clientes y proveedores. Hoy por ti, mañana por mí. Lo contrario es egoísmo o indiferencia.
81. Sufrimiento. Llevando con paciencia, conformidad y tolerancia, los malos momentos del negocio, pero sin desviarse por ellos de los objetivos propuestos, pues siempre habrá momentos que hay que superar. Lo contrario es insolencia o intransigencia.
82. Templanza. Moderando los apetitos y el mal uso de los sentidos, sujetándolos a la razón con sobriedad y continencia. Lo contrario es desenfreno, exceso o abuso.
83. Tiempo. Buscando un equilibrio entre el dedicado a la familia, al negocio, al esparcimiento y a la formación profesional y religiosa. Todos tenemos 24 horas y las podemos administrar. Lo contrario es descontrol o egoísmo.
84. Tolerancia. Respetando y sufriendo con paciencia las ideas, creencias u opiniones de los empleados, aunque sean diferentes o contrarias a las propias. Lo contrario es tiranía, intransigencia o terquedad.
85. Trabajo. Procurando dignificarlo religiosa y socialmente, en beneficio propio y de los empleados. Lo contrario es holgazanear o vaguear.
86. Trato. Procurando el buen comportamiento con los empleados, clientes y proveedores, demostrando una buena educación. Lo contrario es hostilidad o brusquedad.
87. Valor. Demostrando mucha entereza de ánimo, para cumplir los deberes con los empleados, clientes y proveedores, sin arredrarse por asumir los riesgos bien estudiados. Lo contrario es cobardía, timidez o temor.
88. Verdad. Mantener siempre lo que se dice, siente o piensa, aunque cueste disgustos. Lo contrario es mentira, falacia o engaño.
89. Vergüenza. Tener el pundonor de reconocer, interna o externamente por las faltas cometidas, o por acciones deshonrosas, propias o ajenas. Lo contrario es descaro, impudor o cinismo.
90. Voluntad. Ejercitar el libre albedrío, para decidir la propia conducta, sin dejarse presionar por las circunstancias o por terceros. Lo contrario es indiferencia, debilidad o desgana.
La disciplina es la virtud que elegiría sin lugar a dudas, como la más importante para el empresario. Cuando esta virtud no está fuertemente cimentada, será imposible edificar sobre ella las otras virtudes y valores humanos, imprescindibles para su éxito. Si está bien asentada, será la virtud en la que se puedan sustentar casi todas las otras, indispensables para ser un buen empresario.
Si tiene algún comentario, por favor escriba a francisco@micumbre.com

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