HABLA EL OBISPO AUXILIAR DE BILBAO, QUE ES TAMBIEN MEDICO


Monseñor Iceta: «La Historia nos juzgará por la barbarie del aborto»
28.03.09 | 09:10. Archivado en Obispos

Mario Iceta Gavicagogeascoa, obispo auxiliar de Bilbao desde hace un año, es el mitrado más joven de España: 44 años. Médico, experto en Bioética, disertó en Oviedo sobre el aborto. Asegura que «nuestra sociedad tiene recursos suficientes para tutelar los dos bienes: la mujer embarazada y al ser que viene» y que "le parece muy bien que cofradías y hermandades expresen su apoyo a la vida durante la Semana Santa". Lo entrevista Javier Morán en La Nueva España.

-Ley del Aborto: estado de la cuestión.

-Hay que acoger la vida de toda persona humana, que es un gran don. En las mujeres embarazadas siempre hay que tutelar los dos bienes: la mujer, sus necesidades, dificultades, alegrías...; sus angustias, en el caso de un embarazo no deseado o en situación dolorosa. Pero hay que tutelar también al nuevo ser que viene. Nuestra sociedad tiene recursos suficientes, humanos, económicos, institucionales, para poder tutelar los dos bienes. La tentación del aborto aparece en la mujer que ha quedado embarazada y no desea ese hijo. Pero se pueden proponer caminos para acompañarla. Existen entidades como la Red Madre que pueden dar una solución buena a esos casos. El aborto nunca es la solución, primero porque consiste en la eliminación deliberada de una vida humana, y segundo, porque deja secuelas en la mujer. Poco se habla hoy del síndrome postaborto. Es una decisión dolorosa y comprendo que ninguna mujer toma esta decisión a la ligera, pero a esa mujer, la práctica del aborto le deja un secuela, difícil de tratar en algunos casos.

-¿Qué ley quiere la Iglesia?

-La iniciativa legislativa del Gobierno parte de la base de que hay que ampliar el aborto, pero quizá sería el momento de proponer otras soluciones legislativas que me parecen más avanzadas. Serían iniciativas pioneras: hoy no existe una protección jurídica del nascituro. O legislación sobre las mujeres con carencias de recursos o en exclusión social. El aborto es una solución anticuada. A la altura del siglo XXI tiene que estar superada. Dentro de unos años, cuando la historia nos juzgue, se dirá que «hay que ver qué barbaridad suponía eliminar un nuevo ser concebido».

-¿Semana Santa y expresiones contra la ley del aborto?

-Las Hermandades y Cofradías no son asociaciones culturales, sino asociaciones públicas de la Iglesia, que se rigen por el Derecho Canónico y son erigidas por el obispo diocesano. Evidentemente, están en sintonía con lo que la Iglesia piensa. Me parece muy bien que puedan expresar el apoyo a la vida. A los políticos quizá les pueda molestar que se pronuncien, pero no captan lo que es una cofradía. No es una cuestión política. Las hermandades y cofradías, con autonomía y libertad, verán cómo expresan ese apoyo y defensa de la vida. Una parroquia, ¿puede expresar su apoyo a la vida? Por supuesto. ¿Y una Cofradía? Por supuesto.

-¿Se introducen elementos inusuales en los ritos de Semana Santa?

-Eso dependerá de la prudencia de cada cofradía. Los obispos no vamos a hablar ni a favor ni en contra. Tienen su autonomía y en ocasiones se han puesto un lazo negro porque ha muerto un hermano de la cofradía, Yo he sido vicario en Córdoba. Allí hay 550 cofradías y he visto en varias ocasiones expresiones de algún tipo, siempre con mucha discreción.

-El Papa en África: el preservativo y el sida.

-La primera causa de mortalidad en África no es el sida, sino la malaria. Me parece hipócrita hablar del sida y no de la malaria. Primera pregunta para el mundo occidental: ¿por qué no se cura la malaria? Se puede controlar y curar con mucha más facilidad que el sida. En cuanto al sida, hay que distinguir la cuestión moral de la técnica. La moralidad del acto conyugal es su expresión del amor conyugal y la Iglesia dice que el acto conyugal se realiza dentro del matrimonio. El primer medio de evitar el sida es evitar la promiscuidad. Si uno es fiel a su pareja, el sida no entra. Por eso se ha hablado -muchas veces entre los mismos médicos- del «ABC» del sida: «Abstinence, Be faithful, Condom use» (abstinencia, fidelidad, condón).

-Es decir, condón.

-Para la Iglesia es clave educar a las personas a vivir en la fidelidad matrimonial. Eso está reconocido por la OMS, y el «ABC» no es una doctrina de la Iglesia. En cuanto al preservativo, reduce el contagio, pero no lo anula. Hay que subrayarlo. No previene un cien por ciento el contagio. ¿Reduce? Sí, en un 95 por ciento, pero queda ese segmento de riesgo de contagio. Si se dice que es plenamente seguro, puede aumentar la promiscuidad, pero no atajar el problema. Decir que la solución para el sida es únicamente el preservativo no es una expresión feliz, ciertamente.

-Autobiografía rápida.

-Nací en Guernica en 1965. Soy el menor de dos hermanos. Estudio con los Capuchinos, interno, y Medicina en Navarra, donde me planteo la vocación sacerdotal. Ejercí como médico. Me ordené sacerdote en Córdoba, en 1994. Ejercí de sacerdote y estudié en Roma cinco años. Volví en 2002 a Córdoba y pasé a ser vicario episcopal de la Campiña, y después vicario general. Me doctoré en Medicina, en cuestiones de Bioética, sobre todo en pacientes terminales, y me doctoré en Teología Moral, en el Instituto Juan Pablo II de Matrimonio y Familia, de Roma. Me gusta la música y toco el órgano; me gusta el senderismo y la conversación con los amigos.

-¿Usted es euskaldun?

-Al haber estado 30 años fuera del País Vasco, mi euskera se ha oxidado mucho y estoy teniendo clases semanales para recuperar el euskera vizcaíno, que es el que he hablado de pequeño.

-A usted le recibieron de uñas en Bilbao, pero parece haberse suavizado el problema.

-Comprendo que cuando hay una elección de obispo siempre hay personas a las que les puede parecer mejor o peor o que prefieren a uno o a otro. Pero hay que juzgar cuando se conoce a las personas. Estoy muy contento de estar en Vizcaya y veo grandísimas cualidades en muchas personas de la Iglesia de Bilbao.

-Ricardo Blázquez, obispo residencial de Bilbao, figura en todas las quinielas para cambiar de destino, incluida la sede ovetense. ¿Está haciendo las maletas?

-Viéndole trabajar día a día, sé que él no se plantea hacer la maleta. Pero es un hombre plenamente disponible, y si tuviera que hacer la maleta, la haría en cinco minutos. Me daría mucha pena que nos dejara; es muy querido en Bilbao.

-Estudió usted en Navarra. ¿Le ha vinculado ello al Opus Dei?

-Hay un vínculo de amistad con muchas personas del Opus. He estudiado siete años con los Capuchinos, una formación franciscana, y después, en una Universidad del Opus Dei. De unos y de otros he recibido mucho.

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