¿QUE NOS DIRÁN LOS NUEVOS MINISTROS?
Los desafíos de los nuevos ministros de Zapatero
Salgado, Chaves, Blanco, Gabilondo, Jiménez y González-Sinde se enfrentan a cuestiones de gran calado social, económico y político en sus respectivos Ministerios
La nueva ejecutiva de José Luis Rodríguez Zapatero tiene diversos temas candentes en los que los nuevos ministros van a tener que demostrar su capacidad de gestión para los puestos que han sido seleccionados.
La renovación del Gobierno socialista supuestamente debe servir para hacer frente a los principales problemas sociales, económicos y políticos que desde las diferentes carteras deberán gestionarse adecuadamente. A continuación repasamos los desafíos de los nuevos ministros y los embrollos que han heredado en sus Ministerios.
Crisis económica y financiación autonómica
Elena Salgado, nueva vicepresidenta segunda y ministra de Economía, hereda una situación de profunda crisis económica. En la próxima encuesta de población activa (EPA) del primer trimestre de 2009 se prevé que el número de parados en España estará entre los 3,7 y los 3,8 millones con la certeza de que este año se pasará holgadamente de los 4 millones de desempleados en nuestro país.
Además el ministerio debe hacer frente al hecho de que una parte importante de esos parados sean puestos de trabajo destruidos, lo cual se traduce en 470.000 afiliados menos en la Seguridad Social sólo el primer trimestre. Previsiblemente se da una caída de empleo en la construcción pero también en la industria y, aunque en menor medida, también en el sector de los servicios.
Otro aspecto que deberá resolver la ministra Salgado es la de la financiación de las comunidades autónomas. La última aportación del ministro saliente Solbes al respecto cifraba en 5.400 millones de euros la partida para financiar a todas las comunidades autónomas el primer año en el nuevo modelo de financiación y 9.000 millones para el tercer año. Lo cual resulta a todas luces insuficiente si consideramos los 12.672 millones para el primer año que cree necesarios la Generalitat de Cataluña para que el modelo sea solvente, y entre 19.000 y 21.000 para el 2011 en el conjunto de las comunidades autónomas.
Salgado deberá hacer frente a este conflicto que solamente podrá solucionarse con la inyección de más dinero o no cerrando el acuerdo con Cataluña a expensas de ver el panorama que se dibuja en Galicia con el nuevo Gobierno autonómico que se constituye esta semana.
Más cargo pero menos competencias
Manuel Chaves, nuevo vicepresidente tercero y ministro de Coperación Territorial, tiene fundamentalmente dos embrollos en su cartera: le afecta el problema por cerrar de la financiación con las comunidades y por otro lado la cuestión de la sentencia pendiente del Tribunal Constitucional respecto el Estatuto de Cataluña. El grave problema que se le plantea a Chaves es que en ninguno de estos dos temas tiene competencias directas que sí tienen el Ministerio de Economía con el primero y el de Justicia con el segundo.
Chaves tiene muchas menos competencias de las que tenía Elena Salgado en el extinto Ministerio de Administraciones Públicas al que le competían la secretaría de Estado de Cooperación Territorial -que sí mantiene Chaves-, y la secretaría de Estado para la Función Pública y las delegaciones del Gobierno -que pasan a formar parte de la competencia de la vicepresidenta primera, Mª Teresa Fernández de la Vega-.
La lentitud de la obra pública en España
José Blanco, nuevo ministro de Fomento, deberá hacerse cargo de un Ministerio que de manera escandalosa no está funcionando. Se trata de una cartera que no solucionaría sus problemas con una mayor asignación de dinero ya que de poco sirve si luego no se ejecutan las obras. A España tradicionalmente le ha costado mucho iniciar obra pública y es especialmente poco eficaz cuando la obra empieza de cero. Una información de La Vanguardia publicada el 14 de abril revela que la obra licitada por el Gobierno central se ha desplomado un 64,58% en el mes de enero, sin embargo comunidades autónomas y ayuntamientos mantienen o incrementan su ritmo inversor.
El ritmo sostenido de la administración local se explica gracias al nuevo Fondo Local, mientras que el parón estatal no tiene una explicación clara ya que desde el Gobierno central a finales del año pasado se realizó un esfuerzo inversor para estimular los objetivos previstos.
Por lo tanto el reto del Ministerio que asume Blanco es principalmente una cuestión de eficacia y no despertar posibles tensiones con los diferentes territorios.
Bolonia, ¿una nueva forma de producir títulos?
El nuevo ministro de Educación, Ángel Gabilondo, tiene tres retos fundamentales en su Ministerio. El primero es el conflicto con la comunidad universitaria en sí que supone la instauración del Plan Bolonia.
El segundo, relacionado también con Bolonia, es la necesidad de más recursos y presupuesto para la instauración del Plan. La diferencia entre disponer de más recursos o no, se traduce en que los alumnos trabajen en la universidad a través de seminarios, grupos de estudio y trabajo en equipo o que la universidad se vea obligada a enviar a los alumnos a estudiar a casa. En este segundo supuesto de falta de recursos cabe preguntarse si Bolonia no se convertirá solamente en una nueva forma de producir títulos.
El tercer desafío para Gabilondo será el problema crónico del fracaso escolar que en España se sitúa en el 31% incrementándose en un punto y medio con respecto a la cifra de hace diez años cuando en el mismo período la Unión Europea la ha reducido en 2,3 puntos porcentuales.
Sanidad: la pobreza, los dependientes y el aborto
Trinidad Jiménez que se hace cargo del Ministerio de Sanidad y Política Social tendrá que afrontar el desafío de la población en riesgo de pobreza o pobreza relativa que afecta a 1 de cada 5 personas y que la próxima encuesta de población activa (EPA) tendrá que confirmar si no se sitúa en 1 de cada 4 con el contexto de crisis actual. El reto para Jiménez consistirá en frenar el crecimiento de ciudadanos en esta situación y atender a los que ya se encuentran en ella. Otro problema al que se enfrentará el Ministerio es el déficit crónico de la ley de dependencia ya que 9 de cada 10 ayudas no han llegado a sus destinatarios.
Otro desafío será la gestión del segundo déficit crónico de Sanidad: el problema de las competencias transferidas a las comunidades de cuyo déficit económico se hacía antes cargo el Estado y ahora no tiene una solución definida.
El cuarto problema al que se enfrenta Jiménez es el del aborto en un país que representa el mayor crecimiento en número de todo Occidente y donde cada 5 nacimientos hay un aborto.
La ley del cine
La nueva ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, tendrá que hacer frente a la nueva ley del cine que en estos momentos se encuentra parada y que ha de desarrollarse para satisfacer de alguna manera a los “artistas de la ceja” -que apoyaron a Zapatero en la campaña de las elecciones- y a una industria del cine que obtiene más ingresos por la vía de las subvenciones que por la de la recaudación en taquilla.
Asimismo la propia figura de González-Sinde levanta suspicacias en la sociedad española ya que mantiene conflictos de intereses en su puesto como ministra debido a que tiene intereses personales y familiares directos con todo lo relacionado con la industria del cine y la gestión de los derechos de autor.
Otra de las cuestiones conflictivas que tendrá que abordar González-Sinde es el fichaje de Ignasi Guardans de su Ministerio que ha provocado reacciones enfrentadas dentro del grupo parlamentario Convergència i Unió al que pertenece.
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